Dicen que “el que mucho abarca, poco aprieta” y, por lo menos, así parece ser en mi caso y en el de otros chicos y chicas que tienen problemas de concentración.
Seguro les ha pasado que se sienten atraídos por hacer varias cosas a la vez, pero que al final no pueden con ninguna porque su atención se dispersa y terminan más confundidos de cómo empezaron. No sé si se trate de una enfermedad -hay que seguir una terapia psicológica para saberlo-, pero definitivamente es un problema que afecta nuestra autoestima, pues el resto nos tilda de tontos o distraidos, por decir lo menos.Aunque tal vez no pongamos la “cara de atento” del más estudioso de nuestro salón, sí podemos poner en práctica algunos tips que nos ayuden a fortalecer nuestra concentración y a tener más confianza en nosotros mismos y en lo que somos capaces de hacer.
Priorizar nuestras actividades: La vida está hecha de decisiones. Así que cuando queramos hacer varias cosas a la vez hay que preguntarnos cuál es la que debemos realizar primero para luego poner “manos a la obra” en las demás, una por una.
Ponernos metas: Una vez que hemos elegido la tarea que desarrollaremos, hay que fijarnos uno o dos retos para cumplirla bien. Por ejemplo, el tiempo en el que debemos hacerla o cuánto debemos mejorar respecto de la última vez, etc. Si es posible, exijámonos más de la cuenta para que nuestra mente se habitúe al esfuerzo.
Detectar distractores: Antes de empezar lo que nos toca por hacer, escribamos las cosas que nos impiden concentrarnos en lo que nos hemos propuesto. Al anotar esos distractores y pegarlos en un lugar estratégico (nuestro escritorio, etc.), los tendremos siempre presentes y será más sencillo evitarlos.
Motivar nuestros pensamientos: Incluso desde el día anterior debemos tener en claro lo que vamos a hacer para que nuestro cerebro se estimule y afloren rápidamente los pensamientos que nos ayuden a terminar nuestra tarea con éxito
Seguro les ha pasado que se sienten atraídos por hacer varias cosas a la vez, pero que al final no pueden con ninguna porque su atención se dispersa y terminan más confundidos de cómo empezaron. No sé si se trate de una enfermedad -hay que seguir una terapia psicológica para saberlo-, pero definitivamente es un problema que afecta nuestra autoestima, pues el resto nos tilda de tontos o distraidos, por decir lo menos.Aunque tal vez no pongamos la “cara de atento” del más estudioso de nuestro salón, sí podemos poner en práctica algunos tips que nos ayuden a fortalecer nuestra concentración y a tener más confianza en nosotros mismos y en lo que somos capaces de hacer.
Priorizar nuestras actividades: La vida está hecha de decisiones. Así que cuando queramos hacer varias cosas a la vez hay que preguntarnos cuál es la que debemos realizar primero para luego poner “manos a la obra” en las demás, una por una.
Ponernos metas: Una vez que hemos elegido la tarea que desarrollaremos, hay que fijarnos uno o dos retos para cumplirla bien. Por ejemplo, el tiempo en el que debemos hacerla o cuánto debemos mejorar respecto de la última vez, etc. Si es posible, exijámonos más de la cuenta para que nuestra mente se habitúe al esfuerzo.
Detectar distractores: Antes de empezar lo que nos toca por hacer, escribamos las cosas que nos impiden concentrarnos en lo que nos hemos propuesto. Al anotar esos distractores y pegarlos en un lugar estratégico (nuestro escritorio, etc.), los tendremos siempre presentes y será más sencillo evitarlos.
Motivar nuestros pensamientos: Incluso desde el día anterior debemos tener en claro lo que vamos a hacer para que nuestro cerebro se estimule y afloren rápidamente los pensamientos que nos ayuden a terminar nuestra tarea con éxito
No hay comentarios:
Publicar un comentario